Hola, Cordial Saludo! Esta es la increíble historia de Sutton Parks, un hombre que tuvo que vivir en la calle por culpa de sus malos habitos financieros.
Si pierdes tu trabajo, tu casa y toda esperanza… ¿cómo reconstruirías tu vida?
En 2005 mis malos habitos me llevaron a vivir esto. Era un alcohólico suicida, con una casa rematada por el banco, sin un trabajo ni familia que me apoyara.
Un día llegó un policía con dos hombres a la puerta de mi casa y entre todo sacaron mis pertenencias a la calle. De allí tomé solo algunas cosas “importantes”, las que creía que necesitaría.
Me subí al auto y mientras me alejaba, veía por el retrovisor cómo mi vida anterior desaparecía.
Esa primer noche dormí en el carro, en un paradero donde descansan camioneros que van en camino.
Allí fue donde dormí durante 9 meses, mientras me recuperaba y volvía a ponerme de pie ante la vida.
Los malos habitos llenaron mi vida de dolor, así que hice un pacto conmigo mismo y con Dios donde me juraba que si daba lo mejor de mí, de la forma más honesta, y mi vida no cambiaba, me iría tranquilo pensado que “tener una buena vida” no era una opción.
Cambié muchos malos hábitos y opté por unos nuevos, y tres de ellos se convirtieron en un pilar fundamental para la vida que llevo hoy en día, una totalmente diferente:
Malos Habitos Que Destruyeron Mi Vida y 3 Buenos Hábitos Que Salvaron Mi Vida Cuando Quedé En La Calle, Sin Nada
Hábito 1 – La gratitud es un acto: Mi vida se había convertido en hablar y nada de acción.
Me estaba mintiendo cuando decía estar agradecido por mi auto, por mi trabajo, mis relaciones, mi salud… en otras palabras, lo estaba arruinando todo por culpa de mi inmadurez, mi negligencia, mi egoísmo y mi pereza.
Así como una planta necesita de agua para vivir, tu familia necesita de tu tiempo y un amigo necesita de una llamada tuya de vez en cuando. Pero a mi no me importaba, yo simplemente me dedicaba a recibir.
Empecé a demostrar gratitud por todos los regalos que tenia, pero no por medio de palabras, sino por medio de actos.
Hábito 2 – Cuenta tus bendiciones: Desde que empecé a vivir en mi carro, me resultó bastante fácil sentir lástima de mí mismo.
Esta lástima me hacía sentir débil, fracasado y sin esperanza… lo que me llevaba a unas ganas insaciables de beber nuevamente.
En una de las reuniones de alcohólicos anónimos me sugirieron que escribiera en un papel cada una de las cosas por las cuales me sentía agradecido, lo cual no me tardaría mucho ya que no tenía nada.
Así que una noche, estando estacionado en mi parqueadero-casa, saqué un lápiz, hoja y encendía la luz interior del carro.
Comencé a escribir: “Me siento agradecido por… (mmm) por tener un techo en mi cabeza, así sea el del auto (lo cual me hizo reír bastante)«. Así que también me di cuenta que tenía agua, un lugar donde dormir, un parqueadero-casa, y así la lista fue creciendo.
Escribí que me sentía agradecido por poder escribir, leer, respirar aire puro, por el parque donde me podía bañar, por los senderos donde podía caminar…
Ésa lista me dio poder, me hizo escoger la gratitud y el amor por encima del miedo y la frustración.
Me ayudó a alejar la ansiedad, los malos pensamientos, la negatividad, los malos habitos financieros, me quitó la vida depresiva e intentos de acabar con ella… me dio la posibilidad de ver las decisiones que podía tomar.
Más importante aún, me di cuenta que la gratitud es la clave para vencer los miedos, los cuales pueden impedirte hacer muchas cosas.
Hábito 3 – Dejar de mirar televisión: Realmente fue fácil para mi porque me tocó vivir en un auto.
Alejarme de la televisión me acercó a mis expectativas, ya que me alejé de un mundo utópico, empecé a leer más sobre finanzas e incrementar mi inteligencia financiera.
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Las noticias me hacían sentir impotente porque no podía controlar nada de eso, además ver televisión me hacía sentir solo y me aislaba de mi familia, y mis amigos, prefería quedarme en casa viendo un partido de fútbol… y entre más me quedaba en casa, más solo me sentía, y entre más solo me sentía más ganas me daban de beber.
Eliminar la televisión me abrió las puertas para nuevos amigos, para disfrutar de mi familia, de tomar café o salir a comer; en pocas palabras mejoró mi vida, que era lo que estaba buscando.
Ha pasado 10 años desde que dormí por última vez en mi auto, vivo en mi apartamento (departamento) y tengo 3 negocios, y uno de ellos (http://www.suttonparks.com) está dedicado a ayudar a las personas a cambiar sus malos habitos.
Ahora tengo muchos amigos, toco en una banda y hasta escribí un libro… estoy viviendo la vida que soñé, por la cual me decidí trabajar.
Conclusión
La vida es para asumir riesgos.
No te detengas, empieza a moverte porque tienes un gran destino, estás destinado a tener éxito.
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Javier Hernández
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